domingo, 27 de diciembre de 2009

Epílogo sobre NADA


Un día cometiste el error. Decidiste comprar un cuaderno nuevo acorde a la situación, listo para ser estrenado. Cometiste un segundo error. Lo compraste para escribir sobre lo que fuera sucediendo, para relatar y guardar un relato medianamente fiel de lo "nuevo". Pero no te alcanzó y te equivocaste otra vez. Escribiste en el cuaderno un prefacio/ exordio con aires de superación personal contando cosas como ""y si me hago añicos tengo TODO el verano para decantarlo". Mal. No sólo que te hiciste la chica ParaTí 2009 sino que además TE ADELANTASTE a los hechos. Ahí no te equivocaste. Lamentablemente.
Y como con todas las cosas que te competen el cuaderno devino en otra cosa, lo nuevo se puso aburrido y rancio y la gente resultó ser siempre igual. Terminaste escribiendo no sobre lui si no para lui. Contando(le) detalles rancios de tu cotidianeidad, los libros que sacaste, las películas que enganchaste en el cable y lo emocionante que te resultaron algunas, las relaciones ridículas que establecés entre elementos, las cosas que planeaste para el próximo año, las conversaciones con desconocidos,todo. Hasta tu derrape. Claro, ahí tenés el meollo de todos los errores que cometiste, nunca consideraste la posibilidad de que no te iban a dar tiempo de hacerlo, de contarle. ¡Ah! ¡NO! Pero le hablaste de patrones de medida, esa maldita hipótesis sobre vos y los vínculos que establecés que no hace más que comprobarse una y otra vez hasta convertirse en una teoría. Ahí también te equivocaste. No te estaba escuchando. Podés gritarle agravios o escribírselos en la puerta de la casa, NO ESTÁN PRESTÁNDOTE ATENCIÓN. Nadie oye ni conversa con la res que pende de un gancho en la carnicería. Sos carne y no te diste cuenta. Ahí tenés el último error de la narración.

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