
Chiquitito trepó hasta mi cama, me susurró augurios en el oído. Se aprovechó que dormía y no dudo en continuar pese a que le rogué que no lo hiciera. Me dijo que todos tenemos el mismo final, que todos veremos perder lo que tenemos y que no serán útiles los lamentos, que de a poco un nuevo orden irá erigiendosé sólo para martirizarnos. Una realidad no palpable que se manifestará en cada una de nuestras mentes. Lloré, le dije que me dejara en paz. Chiquitito fue cruel, su voz gutural arañaba mis oídos, como quien busca hacer daño de cualquier manera. También dijo que veré paso a paso construirse esqueletos que con el tiempo se erosionaran porque es la ley: querer ser algo para terminar siendo nada. También pronunció otras verdades, pero no estan preparados para saberlas.
'Diciembre 2004. Ni lisergia, ni premonición. Chiquitito (como le decía en ese entonces al salchi que cumple 14 años el próximo domingo), me habló entre sueños. O soñé que el perro hablaba o que se yo.
2 comentarios:
no te dio un numero para jugarle?mira que podemos dividir los dogchow
Voy a hacer la prueba, si me lo da nos encaravanamos tooodos!
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