Último viernes de mayo de 2009.
Lo llamé para cobrarle las dos facturas vencidas. No me acuerdo cómo se llamaba, de dónde era, cuánto debía en total. Sólo sabía por su voz que era un hombre grande, como mi papá. Al final de la conversación, cuando ya habíamos hecho el acuerdo de pago (a los dos minutos de diálogo) y estaba terminando de explicarle que debía llamar a la empresa para avisar que había abonado se me ocurrió decirle:
- Si ingresa dos veces la opción, va a poder hablar con un ser humano.
Y mi interlocutor, ni lento ni perezoso, me respondió:
- ¿Son personas? ¿Y cómo hago para darme cuenta que es un ser humano y no una maquina?
- Y porque probablemente lo llame por su nombre cada dos oraciones como estoy haciendolo yo ahora.
Se rió. Me reí (Ay, soy un gestor. No puedo hacerlo). Un sujeto de no recuerdo qué provincia al que terminé diciéndole:
-Ay que convencerlo de que está hablando con un ser humano, aunque en el intento parezcamos más
máquinas que antes.
Risas.
Me retarán por develar el secreto.
viernes, 29 de mayo de 2009
lunes, 25 de mayo de 2009
sábado, 23 de mayo de 2009
No das con el perfil de la empresa
Yo no sé a qué se refieren con eso de que el trabajo dignifica si hay sitios en los que te negrean, te explotan y encima no podés cuestionar porque si no te despiden.
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